Halloween o no Halloween, esa es la cuestión...

Llevo un fin de semana indignadísima. Carteles por todas partes anunciando la fiesta de Halloweeen y yo en un publecito de la sierra onubense en el que se celebra el puente de "Tosantos". Entre Halloween y Tosantos, evidentemente, me quedé con el segundo a la vez que iba diciendo que eso de "susto o muerte" (o como se diga) no era más que una triste americanada importada.
Y como estaba tan convencida de defender mi idea, hoy me conecto en Internet para buscar de dónde viene eso de las calabazas, disfrazarse, dulces... Y voilà: inculturilla general!!!

Vaya, que ahora resulta que el origen de Halloween proviene de la Iglesia Católica y que se trata de una contracción de la oración en inglés "All Hallows Eve" que significa "El Día de Todos los Santos". ¡Qué bochorno!

Y para los que quieran algunos datos más...

Los dulces: parece que empezó como una costumbre europea en el siglo IX y, cuantos más dulces recibiesen, prometían rezar más por los familiares muertos de los habitantes, lo que hacía que las almas fuesen más rápido al cielo.

Los disfraces: ¿dónde dejamos lo de los disfraces? Pues una más, dicen por ahí los europeos usaban máscaras cuando necesitaban espantar a los malos espíritus que causaban sequías u otros desastres naturales. Otra versión asegura que en la Edad Media, los bandidos se aprovechaban de las creencias de la gente y culpaban de sus delitos a los espíritus, ya que se disfrazaban como fantasmas y diablos para cometer sus fechorías.

Y no quiero seguir investigando, porque al final voy a encontrar que Santa Claus era el que le marcaba el camino a los Reyes Magos y lo de Estrella de Oriente no era más que su pseudónimo cuando trabajaba de Drag Queen en la fiesta de Halloween de una discoteca donde sólo se servía Pepsi ;-)

¡Ah! Y que yo me sigo quedando con el "Tosantos" y la rutita del mosto de los pueblos de la sierra de Huelva. Que pa pasteles ya nos hartaremos de polvorones en poco tiempo.