08 agosto 2008

Siempre peregrinos

Este post poco tiene que ver con la peregrina de María Del Monte, por si alguien quiere dejar de seguir leyendo...

No he hecho nunca el Camino de Santiago, pero es una de las cosas que espero no me queden por hacer en esta vida. Es curioso cómo todo el mundo que viene de alli te traslada sensaciones jamás vividas antes y trae bellísimos recuerdos.

Lo que más impresiona es la gran comunidad de intercambio que se crea durante el camino entre los peregrinos. Es fácil acercarse a los demás y que se acerquen a ti, que te echen una mano si te hace falta, que hables a corazón abierto con personas que son casi desconocidas... Es SER PEREGRINO.

Imagino que te dejas envolver por la magia del Camino y el contacto con la naturaleza te vuelve más humano, o simplemente humano. Nos devuelve esa inocencia que perdimos al entrar en el trabajo, en el ritmo del día a día, en atascos, en envidias y vanidades, en...

Cuando llegas a Santiago te diriges a la Catedral, cita ineludible, y allí con el Botafumeiro "perfuman" el olor del peregrino (al parecer esa era la intención inicial del botafumeiro y no la folclórica que hoy conocemos). ¿Es ahí cuando nos volvemos a poner la máscara?

Una pena, el Camino de Santiago lo deberíamos hacer todos TODOS los días ¿o no?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cierto.
Para mí, ser peregrino es una actitud.
El Camino de Santiago del norte está muy bien, pero el Camino de Santiago del sur (la Ruta de la Plata)es extraordinario.
Cuando lo quieras hacer en bici, avisa.
Yo llegué desde Santiponce a Salamanca. Se me acabó el tiempo, pero no las ganas.